Este fragmento de una carta de la Señora Susana Wesley fue escrita el 24 de julio de 1732 en una carta a su hijo Juan
Wesley
Ella dijo: "Nadie puede seguir estos principios sin renunciar al mundo en un sentido literal. Hay pocas (madres) si aún algunas quienes dedicarán sus vidas enteramente por 20 años (lo mejor de su vida) con la esperanza de salvar las almas de sus hijos, cuando ellas piensan que pueden salvarles sin hacer tanto. Esto ha sido mi intención principal sea que lo he hecho con éxito o habilidad."
1. Los hijos siempre eran puestos en un método regular de vida, en cuanto tenían la capacidad desde su nacimiento--vistiendo, desvistiendo, cambiando los pañales etc. La primera cuarta parte comúnmente pasaban durmiendo. Después de esto si era posible les puse en su mecedora de bebes, despiertos y les mecí hasta que durmieron y siguieron en la mecedora hasta que era tiempo para despertarse. Esto hice para darles un tiempo regular para dormir el que al empezar era tres horas en la mañana y tres en la tarde y después dos horas etc hasta que no necesitaban nada.
2. Cuando cumplieron un año y algunos aún antes, fueron enseñados a temer a la vara y llorar despacio, por medio de lo cual escaparon de abundancia de corrección que de otro modo hubieran recibido. Esta bulla tan odiada del lloro del los niños escuchábamos raramente en la casa. La familia vivía en tanta tranquilidad como si no hubiéramos tenido un niño en nuestro medio.
3. Una vez que eran más o menos crecidos fuertes ellos eran limitados a tres comidas diarias. Los alimentos que les fueron permitidos podían tenerlos en las comidas. Podían comer una sola cosa y cantidades limitadas. Comiendo o bebiendo entre comidas no era permitido, si no estaban enfermos. No podían escoger su comida, pero comerían lo provisto por la familia. (La idea acá es que el niño debe aprender a ser disciplinado aún en lo que come y no hacer solo lo que le da la gana y cuando le da la gana. Y no debe tener mala actitud acerca de la comida que es servida.)
4. Para formar las mentes de los hijos, la primera cosa que hay que hacer es vencer su voluntad y traerlos a un carácter obediente. Para informar al entendimiento (enseñar) es un trabajo que lleva tiempo y con niños hay que proceder despacio para que lo aguanten. Sin embargo, la sujeción de la voluntad es algo que tienes que hacer de una vez. Y lo más temprano en su vida es lo mejor. Si eres negligente en corregirles les causas ser obstinados y tercos, lo cual casi nunca se puede vencer; y jamás puedes vencer su voluntad sin tanta severidad en el castigo que sería muy doloroso para mi (porque tengo que administrar el castigo) y para el niño (quien recibe el castigo). En la estimación del mundo pasan por amables e indulgentes los a quienes yo llamaría crueles como padres, porque permiten a sus hijos tener hábitos que ya saben que después tendrán que vencer. (Esto habla de la costumbre y práctica de muchos en dejar sus hijos tener un hábito que no será permitido en un niño más grande. El niño se acostumbra a hacerlo y entonces cuando crece, sus padres le disciplinan por haber hecho esto y son ellos quienes le han dejado tener este hábito. Un ejemplo de este problema sería el llorar o suplicar para tener digamos un caramelo en la tienda y entonces le complacemos, pero a la edad de 10 a 11 años ya nos enojamos con ellos y no les permitimos hacerlo. Otro ejemplo sería cuando el niño pequeño pega a sus padres en ira y le dejamos pegarnos, pero después, cuando es grande vamos a disciplinarle mucho por haber pegado a sus padres.) Cuando corriges a un niño tendrás que vencerle (su voluntad) y no será difícil si es que no le has dejado llegar a ser terco por tus indulgencias. Cuando la voluntad del niño es totalmente sujeta y es llevada a reverenciar a sus padres, entonces muchas de las estupideces e inadvertencias pueden ser pasadas por alto. Algunas faltas deben ser pasadas por alto, otras no tomadas en cuenta y otras reprendidas ligeramente; pero ninguna transgresión voluntaria debe ser jamás perdonada, no debe quedar sin castigo sea mucho o poco de acuerdo a la naturaleza y circunstancia que el caso requiere. Insisto en vencer la voluntad de los hijos siempre, porque este es el único fundamento fuerte y racional de una educación religiosa, sin lo cual ni preceptos ni ejemplos serán eficaces. Pero cuando lo haces completamente entonces el niño es capaz de ser gobernado por la razón y piedad de sus padres hasta que llega a tener su propio entendimiento cual viene con la madurez y los principios de la religión que han tomado raíz en su mente. No puedo dejar este tema. Voluntad propia es la raíz de todo el pecado y miseria en el mundo. Entonces lo que sea que estima voluntad propia en los niños asegura su propia ruina y falta de religión. Lo que estorba o mata la voluntad propia promociona en el futuro del niño felicidad y piedad. Esto es aun mas evidente si consideramos que la religión es nada mas que hacer la voluntad de Dios y no nuestra propia voluntad.
5. Nuestros hijos eran enseñados tan pronto como podían hablar "El Padre Nuestro" el que decían al levantarse y acostarse, cuando eran más grandes fue añadida una oración corta de sus padres y otras oraciones, después un catecismo y algunas porciones de las escrituras, lo que podían aguantar sus memorias.
6. Temprano se les hacía saber la diferencia entre el Domingo y los otros días. Esto era antes de que pudieran hablar bien. (Los niños deben entender que hay un día en la semana que hemos dedicado a Dios y no es como cualquier otro día)
7. Temprano fueron enseñados a estar quietos en las oraciones familiares y pedir la bendición sobre los alimentos inmediatamente después, lo cual hacían por señas antes que podían hablar o doblar la rodilla.
8. Pronto eran hechos entender que no podían tener nada por lo que habían llorado y fueron instruidos a hablar con cortesía por lo que ellos querían. No fueron permitidos a pedir ni a la sierva mas humilde sin decir "por favor". (Es una vergüenza la actitud y costumbre de muchos en pensar que son mejor que un humilde siervo o empleado y les traten como menos. La misma actitud racista no debe tener cabida entre los creyentes en cuanto a gente de menos nivel social que nosotros.)
9. Usando el nombre de Dios en vano (ejemplo--Dios mío), lisuras, juramentos, profanidades, obscenidades, descortesías, apodos insultantes nunca fueron escuchados entre ellos. Aun tenían que llamar sus hermanos y hermanas por su nombre y usar el titulo "hermano" antes que su nombre.
10. No fueron permitidos jugar ni hablar fuerte. (Si podían jugar pero no en una manera escandalosa, tirando cosas, rompiendo cosas, saltando sobre los muebles, gritando, peleando etc.)
11. Cada hijo tenía que ocuparse muy bien con sus estudios por seis horas de clase cada día. Es casi increíble lo que se puede enseñar a un niño en tres meses con una aplicación vigorosa, si el tiene capacidad mental tolerable y buena salud. (Ella enseñaba a sus 18 hijos en casa.)
12. Después que reconstruyeron nuestra casa (por el incendio) empezamos el sistema de tener a los hijos cantar los Salmos en la mañana y tarde. A las cinco de la tarde todos se retiraron a un lugar privado para que el hijo mayor podía tomar al hijo menor y hablarle, y el segundo con el siguiente y entonces leyeron los Salmos por este día y un capítulo del Nuevo Testamento. También en la mañana ellos fueron dirigidos a leer los Salmos y un capítulo del Antiguo Testamento, después de esto fueron a sus oraciones en privado y todo esto se hizo antes de desayunar o entrar con la familia.
13. Ha sido observado que la cobardía y temor al castigo muchas veces guía a los niños a mentir hasta el punto que tienen la costumbre de hacerlo tanto que no lo pueden dejar. Para prevenir esto una ley fue hecha en nuestra casa, quien sea que fuese demandado con una falta de lo cual eran culpables si lo confesaban y prometían arreglarlo no serían azotados. Esta regla ha prevenido bastantes mentiras.
14. Ninguna acción pecaminosa como mentir, desobedecer, robar, reñir, etc fue permitido pasar sin castigo.
15. Ningún hijo jamás fue reprendido o azotado por la misma falta dos veces y si lo arreglaron nunca serían aún recordados de esta falta después.
16. Cada notable acto de obediencia, especialmente cuando era su inclinación hacerlo, debe siempre ser alabado y frecuentemente recompensado según los méritos del caso.
17. Si cualquier hijo hizo un acto de obediencia o cualquier cosa, sin intención de agradar (ganar puntos con los padres), aunque la presentación de lo que hizo no era buena, la intención y obediencia debe ser aceptada amablemente y el niño con ternura dirigido o enseñado para hacerlo mejor en el futuro.
18. Los derechos de propiedad tiene que ser sin excepción preservados. Ninguno será permitido invadir la propiedad de otro en aun lo mas pequeño aunque tuviera el valor de un alfiler o un centésimo. No pueden tomar nada del dueño sin permiso y jamás contra su voluntad. Esta regla nunca puede ser demasiado enfatizada en las mentes de los niños. La falta de esta enseñanza por padres y gobiernos es lo que causa la vergonzosa negligencia de justicia que podemos observar en el mundo.
19. Promesas tienen que ser estrictamente observadas, un regalo una vez dado y entonces el derecho de usarlo es pasado del dador a la otra persona, nunca será tomado de nuevo sino dejado a la disposición de él a quien fue dado. Esto es si el regalo no era condicional y las condiciones no fueron cumplidas. (Un ejemplo sería si los padres dicen al hijo; "Te voy a dar esta Biblia con la condición que la cuides bien." Si el niño no la cuida entonces los padres pueden decir que la quieren de nuevo. Un niño también puede dar un regalo a otro niño con una condición como; "Te doy mi perrito si me prometes alimentarlo cada día."
20. Ninguna hija debe ser enseñada a trabajar hasta
que pueda leer muy bien y entonces que ella trabaje con la misma
aplicación y misma cantidad de tiempo que pasó aprendiendo a leer.
(Las hijas en aquel año no aprendieron a leer normalmente sino tenían que
trabajar. Ella quería que sus hijas aprendieran como leer y
escribir.)
No es de extañar que no haya comentarios. .La sociedad moderna considera este método políticamente incorrecto. Cuando realmente es muy bíblico. Cuantas familias critiana debería usar este método.
ResponderBorrarMe dejo muda. Que lección de vida, que mujer. No nos conformemos con este tiempo con lo que hoy tenemos, pongamos atención a nuestras vidas y lo que estamos haciendo con nuestros hijos. Nuestro Padre Eterno no tiene nietos espirituales todos somos hijos. Enseñemos e instruyamos pero sobre todo seamos ejemplos para nuestros hijos en saber y sobre todo VIVIR la palabra de Dios. Ellos son las siguiente generaciones y hoy están en nuestras manos. Creo en las promesas del Padre las cuales también son para nuestros hijos. Despierta no te imaginas lo bello y hermosos que es ver a tus hijos amar y buscar las cosas que no se ven aquellas que conectan tu Espíritu con el Espíritu de Dios. Busco y quiero con todo mi ser un día estar en ese hogar precioso que el Padre esta preparando para mi, pero no quiero irme solo, quiero mi familia completa.
ResponderBorrarExcelentes consejos...duros de cumplir pero no imposible con la ayuda de Dios.
ResponderBorrarAmen, así es ningún habito bueno es tan fácil de adquirir. Solo debemos tener determinación, consistencia, perseverancia, y no desmayar en el intento, sino mas bien continuar, aunque fallemos levantarnos y seguir intentando introducir los hábitos buenos en nuestras vidas y la de nuestra familia. Gracias por comentar, le deseo muchas bendiciones del Señor.
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