Cuando te sientes ansioso acerca de una relación o una
actividad productiva que intentas hacer, casi siempre es por una incertidumbre
referente a metas irrealistas que has puesto. La esperanza y el deseo están
puestos en algo que no puedes asegurar que vaya a suceder. Tú puedes controlar
algunos factores pero otros no, y allí están abiertas las emociones a la
ansiedad, la preocupación, la tormenta de dudas. La ansiedad, el enojo y la
depresión andan juntos en todo esto, y es fácil o enojarte con lo(s) que te
impide(n) realizar tu meta, o caer en el desánimo y luego la depresión cuando
te das cuenta de que es "casi imposible" realizarla. Porque lo último
que muere es la esperanza, aunque sea falsa, seguimos "esperando"
ansiosamente. Esto produce un estrés que afecta la salud emocional, física y
espiritual.
Es imprescindible entender cuán grande enemigo es la
ansiedad y cómo combatirla efectivamente. Para lograr esto, necesitas evaluarte
e identificar por dónde está entrando la ansiedad: ¿por tu concepto de éxito,
significado, realización, satisfacción, felicidad, seguridad, paz, etc.?
Generalmente un hombre saca una imagen de su valor personal de su trabajo, por
esto siempre habla de su trabajo cuando está con amigos. Una mujer suele sacar
su valor personal de sus relaciones con sus seres queridos, por esto son el
tema favorito de su conversación. ¿De qué sacas tú tu sentido de valor
personal? Si puedes identificarlo, darás con el nervio abierto que puede ser la
causa de gran parte de tu ansiedad. Hay que conocer al "enemigo" para
poderlo enfrentar. Expresa en un párrafo lo que más te preocupa, lo que te
causa ansiedad o angustia:
Ahora, hay que llevar
esto a Dios, en tres pasos.
1. ¿Qué dicen las Escrituras? Lee cuidadosamente Mateo 6:19-36.
¿Por cuáles cosas
están ansiosas o preocupadas muchas personas?
¿Por qué es
estupidez preocuparse, además de ser una desobediencia a Cristo?
¿Cuál es la raíz
principal de la ansiedad?
¿Cuál es el
antídoto principal?
2. Ahora, lee Filipenses 4:6-8 y diséñate un plan para salir
de tus preocupaciones cuando te agarran.
a.
b.
c.
Lee I Pedro 5:7-9 y
explica por qué es peligroso desobedecer al Señor con preocupaciones.
3. El seguimiento
necesario: aprender a pensar bíblicamente.
Lee el Salmo 37 y apunta todo lo que observas acerca de lo que David
aprendió de sus preocupaciones en cuanto a las "injusticias de la
vida".
¿Cómo te pueden ayudar estos pensamientos en tus
preocupaciones?
Dos pasos prácticos
para vencer la ansiedad:
1. Dar gracias a Dios por Su ayuda y bendiciones.
2. Alabarle por Su poder y amor vistos en Sus promesas. Usa los siguientes
versículos para ayudarte a hacer esto:
VERDADES Y
PROMESAS PARA CREER
Y APROPIAR
Pon un título o pensamiento clave para recordarlas mejor:
II Cor.
1:21-23
Fil.
2:13
Fil.
4:13; II Cor. 12:9,10
Fil.
4:19; Rom. 8:32
II Tim.
1:7; I Cor. 2:12
Mateo 22:28-30
Juan 7:37-39; Lucas 11:9-13
Juan 16:24-27; I Juan 5:14,15
I Juan
4:4; 3:8; 5:8
II Cor.
2:14; I Cor. 15:57; Rom. 8:37
II Cor.
9:8-15
Stgo.
1:5
Lam.
3:21-23; Heb. 4:13-16
Heb.
13:5; Salmo 23:4
I Pedro
5:7; Fil. 4:6,7
Salmo 32:8;
Rom. 8:14
Mateo
6:33
I Cor.
10:13; Stgo. 1:2-4
II Cor.
4:16-18; Rom. 8:16-18
II Cor.
3:18
Fil.
1:6; Judas 24
I Juan
1:9; Is. 1:18; 43:25; 44:22
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