¿Cuan importante es la salud para una mujer? En realidad, afecta toda su
vida. Si tiene energía y está sana, podrá llenar su día de actividades y
mantenerse productiva.
Verdaderamente necesitamos buena salud para tener la capacidad de realizar
todo lo que Dios desea de nosotras como esposas, madres y siervas. La buena
salud no es casualidad, ni la mala salud es sólo “mala suerte”. Es cierto que
podemos heredar la tendencia a sufrir una enfermedad, pero nuestros hábitos y
nuestra perspectiva de la vida son aún más importantes
* Como aumentar nuestra energía: Hay una serie de características en común que
favorecen la salud, y estos tienen que ver con hábitos saludables como ser:
- Tener horarios
regulares para las comidas y el sueño
- Seguir una buena
alimentación
- Practicar
ejercicio, entre moderado e intenso, dos a tres veces por semana.
- Dormir
adecuadamente (siete u ocho horas por noche)
- Mantener un peso
equilibrado.
- Disponer de
tiempo para diversión y descanso.
¿Por qué nuestros hábitos no son saludables? Un factor importante es la
falta de disciplina. Muchas de nosotras fuimos demasiado consentidas desde
niñas y nos acostumbramos a satisfacer todos nuestros “antojos”. Por eso
comemos cada vez que sentimos hambre, vemos la televisión hasta altas horas de
la noche, dormimos cada vez que sentimos sueño. No mantenemos un orden en
nuestro quehacer diario. Pensamos “después de todo es mi vida y hago lo que
quiero con ella”.
Sin embargo, en 1 Co. 6:19-20 se nos dice lo siguiente: “¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los
cuales son de Dios”.
En consecuencia no soy realmente “mía”.
Pertenezco a Cristo Jesús, quien perdonó mis pecados y me dio su
Espíritu Santo. Dios vive en mi cuerpo y, por ello, no puedo hacer todo lo que
se me venga en gana sin orden ni medida. No obstante, algunas mujeres siguen
adelante con sus “antojos” y sufren los resultados de sus malas decisiones.
Entonces dado que mi cuerpo pertenece a Dios ¿Cómo lo he de cuidar? Si
pensamos en nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo trataremos, entonces,
de aumentar su energía. Para ello, examinemos
más a fondo los siete factores mencionados anteriormente:
Horarios regulares para comer y
dormir
? Comer en horarios regulares (nunca entre comidas)
? Desayunar todas las mañanas, puesto que nos
permite tener más energía durante el día.
? Acostarse y levantarse a un mismo horario todos
los días. El cuerpo se acostumbra a una rutina y si uno se desvela muchas
noches seguidas, no puede descansar bien.
- Buena alimentación.
“Es preferible invertir en comida
antes que en medicina”. Es importante comer alimentos variados especialmente
mucha verdura y fruta. La mayoría de las personas comen solamente sus comidas
favoritas. Sin embargo, el secreto de la buena nutrición está en la variedad a
fin de obtener todas las vitaminas y los minerales que nuestro cuerpo necesita.
Por ello debemos incluir diferentes tipos de alimentos en nuestra dieta:
verdura, frutas, cereales, proteínas (carne, huevos, queso, legumbres),
intentando incluir alimentos verdes como espinacas o brócoli, amarillos como
zanahoria o naranja, y blancos como papas, pastas, harina o arroz.
Reducir la grasa, tanto vegetal como animal. Se ha comprobado que el exceso
de grasa es dañino para el organismo. En general conviene preparar la comida
con muy poca grasa. En proverbios 23:1-3 se recomienda lo siguiente: “Cuando te
sientes a comer con un señor, considera bien lo que está delante de ti y pon
cuchillo a tu garganta si tienes gran apetito. No codicies sus manjares
delicados porque es pan engañoso”. Podríamos pensar en esto días que estos
manjares son los postres finos, preparados con gran cantidad de crema, azúcar
refinada, mantequilla o margarina, y que
traen poco provecho a nuestro organismo. Estos postres agradan al paladar pero…
¿nuestro estómago opina lo mismo?
Tenemos el ejemplo de unos jóvenes que cuidaron su alimentación. Leemos en
Daniel 1:8,9:”Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse, y puso Dios en
gracia a Daniel con el jefe de los eunucos…” Sabemos que Daniel vivió una larga
vida y fue consejero de varios reyes de la antigüedad. ¿Cuánto habrá influido
en esto el hecho de que cuidó su alimentación además de su relación con Dios? A
fin de mejorar nuestra salud, los expertos nos recomiendan comer menos de estos
tres elementos: sal, azúcar y grasas.
- El ejercicio
En general, se recomienda un mínimo de 30 minutos de ejercicio tres veces
por semana. Se considera que un ejercicio es adecuado siempre que los latidos
del corazón lleguen a las 130 pulsaciones por minuto y éstas se mantengan
constantes durante 30 minutos. Este ejercicio, que puede consistir por ejemplo
en correr, andar en bicicleta o nadar, estimula el sistema circulatorio,
fortalece los músculos y proporciona una sensación de bienestar a todo el
cuerpo.
Es sabido que la práctica de cualquier ejercicio:
* Ayuda a controlar el apetito.
* Añade energía y aumenta la capacidad de trabajo.
* Fortifica el corazón
* Mejora los sistemas respiratorio y circulatorio
* Tranquiliza y relaja.
- El descanso
Muchas veces en nuestra vida hay tensiones y preocupaciones que nos impiden
aprovechar bien las horas de descanso. Una se acuesta pero no llega a
“conciliar” el sueño a causa de las dificultades o los disgustos vividos
durante el día. El descanso debe comenzar en nuestro ser interior, es decir,
logrando la paz con Dios y con nuestros semejantes. Así, antes de dormir, es
aconsejable reconciliarnos con nuestro Señor (Ef. 4:26). Necesitamos analizar
la situación que nos quita el sueño y preguntarnos ¿puedo hacer algo para
solucionarla? Si es así, entonces manos a la obra; si no, entreguémosle todo el
paquete a nuestro Señor y confiemos en su poder. Es conveniente disponer
diariamente de diez minutos para la meditación, media hora para caminar, o una
hora para dormir la siesta; también es aconsejable salir de vacaciones en
familia. El cambio de rutina nos hace bien.
- Mantener el peso adecuado
El aumento de peso es una preocupación para millones de mujeres. Según los
médicos, la solución al sobrepeso es un cambio
permanente en los hábitos de vida. Por ello se debe comer moderadamente,
no como Elí (1Sam. 2:29 y 4:18). Asimismo, Proverbios 23:20 nos advierte acerca
de la glotonería.
A través del tiempo a podido comprobarse que la obesidad provoca problemas
en el funcionamiento del corazón y aumento de la presión arterial; además,
favorece el desarrollo de enfermedades como la artritis y la diabetes, entre
otras.
Fuente: Revista Apuntes Mujer líder, Buena salud para todas: Martha Saint de Berberián, Volumen III – Número 3, año 2008
Fuente: Revista Apuntes Mujer líder, Buena salud para todas: Martha Saint de Berberián, Volumen III – Número 3, año 2008
No hay comentarios.:
Publicar un comentario