Seguramente le ha sucedido a usted o alguna ves a sentido la tentación de negar el saludo a alguien que en un momento le tildo de malo, o habló mal de usted a otros, o tal ves usted siente por la actitud de esa persona, que esta no esta bien con usted. Se siente, cuando alguien no esta bien en su interior con sus sentimientos para nosotros. Y es ahí donde nos sentimos tentados a dejar de hablarles, a pasarlo desapercibido, pero esa espina no nos deja tranquilos. En cada aparición de esa persona a su vida usted se siente que esta haciendo mal. Hablo como cristiano, conociendo la Palabra de Dios, donde recordamos que debemos perdonar las faltas de otros hacia nosotros, y pedir perdón a todo aquel que le he hecho daño, ya sea menor o mayor.
En Mateo 18: 21, 22 podemos encontrar cuantas veces debemos perdonar a los que nos ofenden. Dice setenta veces siete, ¿Cómo puede ser esto si en la primera vez que me ofendió, me molesto tanto que no puedo siquiera darle el saludo a mi hermano? ¿Triste cierto? pues solo con la ayuda de Dios podemos perdonar cualquier falta u ofensa hecha a nosotros, vi un vídeo de una mujer que perdona al asesino de su hijo, y todavía le dice que ella orará por el, y que un día el va a creer en el Dios que ella cree y le va a servir. ¡Fuerte! pero grande acto a la ves. Recordemos que Jesús nos enseñó a través de su ejemplo diciendo en la cruz antes de morir, "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Con esto invalidó toda culpa que ellos tuvieron al realizar semejante acto de perdón.
Hermano/a, Dios le ayude a perdonar a sus ofensores. Sea grande o pequeña la ofensa, no se olvide que si usted no perdona usted mismo hace crecer en su corazón raíces de amargura, y no será completamente feliz hasta que haya perdonado a su hermano. Pidamos a Dios ese poder para ayudarnos a perdonar a todos los que nos hagan mal. Determine luchar con esa tentación de negar el saludo, y de devolver bien por mal.
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