Que difícil ha sido para la mujer tener un liderazgo reconocido, ya sea en el hogar, en el trabajo, y/o el ministerio eclesial.
Hace dos décadas atrás, al comenzar mis estudios en teología, la persona encargada de ese seminario me dijo que allí en el Seminario las mujeres estudiaban solo para ser esposas de pastores, maestras de escuela dominical o Coordinadoras femeniles o de niños, todo esto era una realidad en aquel entonces. Con todo esto tenía claro que, como pastora, o líder nacional, no tenía futuro en la denominación. Sinceramente no quería estudiar allí, después de escuchar esas predeterminaciones en cuanto a mi futuro como líder. Pero Dios fue fiel conmigo, direccionando mis decisiones y al margen de todo aquello, continué estudiando hasta obtener el titulo de Bachiller en teología.
Al terminar los estudios, con la ayuda de Dios y el apoyo de mi esposo quien ya era un pastor y líder, fui a formar parte de un ministerio de mujeres. Quienes me dieron el apoyo para liderar al grupo. Dios me bendijo dándome oportunidades de continuar hasta el día de hoy compartiendo su Palabra e impartiendo el liderazgo femenil a nivel nacional.
El liderazgo femenil, no ha sido fácil por la idiosincrasia que todavía sigue enraizada en las personas ya sean hombres o mujeres, desde ese tiempo a este no ha cambiado mucho, no se pude decir que haya igualdad de genero en cuanto al ejercicio del liderazgo como tal entre los hombre y mujeres, en especial el liderazgo de la mujer como pastora para dirigir una iglesia, pero si esta surgiendo para desarrollar cargos eclesiales muy importantes.
Pero todavía en las iglesias las mismas mujeres no apoyan a la elección de una mujer como pastora, ¿por qué?, por el solo hecho de que no confían que una mujer tome y desempeñe el rol del hombre en ese trabajo ministerial. Otra de las razones es que simplemente las mujeres no nos animamos a incursionar en estos cargos, y no ambicionamos tomar el lugar de pastora en una iglesia, tomando el mando y la dirección de toda una congregación. A veces, no hay ese interés porque vive y ha vivido en un mundo lleno de reprensiones y estereotipado, pensando en que ciertos roles son solo para el hombre y no para el género femenino. Bien por las que ya han iniciado esa carrera, de ser líderes, y que están recorriendo ese camino a pesar de..., se que no es fácil pero tampoco es imposible, pues todavía existe el ridículo pensamiento de que el trabajo de la mujer se limita solo para trabajar en los quehaceres del hogar o en la cocina específicamente. Lastimosamente he conocido algunos pastores que no apoyan a que la mujer se levante y surja como líder en ningún área, simplemente porque no les agrada ver a una mujer tomando decisiones o formando parte de un Concejo eclesial.
Según la Biblia la mujer y el hombre fueron creados por Dios y con capacidades infinitas para lograr todo lo que se propongan. Dios nuestro creador nos ha dotado de todo lo necesario para liderar en las áreas que deseemos hacerlo y que Dios ponga en nosotros desarrollar.
Vemos al rededor del mundo el liderazgo de mujeres, que están en posiciones altas, como la presidencia de un país, ( esta la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, la presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner, Michelle Bachelet presidenta de Chile). Estas mujeres son una muestra de que la mujer puede, si ella se lo propone puede lograr grandes proezas en su liderazgo ya sea en la iglesia, en su comunidad, en su país y en el mundo.
Estoy citando realidades, y a través de esto animar a todas las mujeres a seguir luchando por participar, compartir y comprometerse en el liderazgo cualquiera que puedan obtener. No se desanimen por los miramientos, de personas que quieran desanimarlas por el simple hecho de ser mujeres. Animo que nosotros podemos.
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