Seguramente usted es padre/madre de hijos adolescentes, y esta pasando por este trayecto de disciplinarlos. A veces usted nota a su hijo con cansancio tal que no se atreve a pedirle que le ayude, o que le acompañe a realizar ciertas actividades, usted nota que su hijo o hija, no comparte mucho con la familia y seguramente usted no sabe como abordar estos temas con ellos.
Tal ves ha cometido abusos en la disciplina, esto ha causado rebeldía en sus hijos. Por causa de una falta de instrucción específica en cuanto a la obediencia y disciplina y sobre todo la explicación de las normas claras en su hogar. Como padres/ madres a veces no sabemos como hacer cuando ya son grandes y no hay una comunicación fluida entre ellos y nosotros. Pero ¿por que ha sucedido todo esto?, nos preguntamos, y nos damos cuenta que hemos fallado en la instrucción, y en enseñarles estos principios desde niños.
Para evitar los abusos de parte de los padres y rebeldía de
parte de los hijos, es bueno tomar en cuenta los elementos importantes de
la disciplina:
1.
El respeto.
Es una línea imaginaria trazada de mutuo acuerdo entre dos personas, un límite
que nadie debe pasar por ejemplo:
a.
La prohibición absoluta de burlarse de los demás
b.
Evitar las frases hirientes y definitivas (cállate, no
seas tonto, te creí más listo, está loco, te faltan sesos, siempre, nunca,
jamás, etc
2.
La unión. Fortalece.
Es compartir los momentos importantes y los intrascendentes. Salir juntos,
trabajar juntos, comer juntos, estudiar juntos, jugar juntos, adorar a Dios
juntos.
3.
La prosperidad.
Esto se refiere al hecho que todos deben trabajar y esforzarse para la
superación con la cual llega la prosperidad. Tienen que ver con los hábitos que
harán de los hijos hombres y mujeres exitosas o fracasados.
a.
Si o si deben estudiar, y deben ser buenos o excelentes
estudiantes. No hay excusas para exigir menos.
b.
Deben cumplir con una responsabilidad doméstica
c.
Mantendrán arregladas sus cosas personales.
d.
Aprenderán a gastar lo indispensable y ahorrar.
Fuente: Apuntes del Manual de Educación Cristiana, del Pr. David Nuñez.
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