Texto base: 2Pedro 1.5 “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;”
Introducción:
A. Conoce más a Dios. “Pido a Dios que
ustedes estén siempre dispuestos a conocer más a Dios y a nuestro Señor
Jesucristo.” Vs. 2 ¿De qué manera conoceremos más a Dios?
a. Mediante la lectura de la Biblia, ahí
nos muestra como él vivió cuando estaba en la tierra. Filipense 2.1-9 habla de
su humildad al dejar todo lo que poseía y venir a este mundo para ponerse en
lugar de nosotros. y ¿cómo se condujo en la tentación? Mateo 4 habla de cómo
venció las tentaciones, no fue con sus propias palabras, sino que uso la
Palabra de Dios, o como actuó cuando estaba enojado. Mateo 21.12,13 Expreso sus
emociones de desagrado con ira y enojo. Cuando una persona está dispuesta a
conocer más a Dios, no pone excusas para leer la Biblia, sino que se deleita en
la lectura porque sabe que el autor de ese libro esta presente para guiarle y
enseñarle.
b. Meditando en la Palabra de Dios. Hace las
preguntas pertinentes: Hay un ejemplo a seguir, un error que debo evitar, un
mandato que debo obedecer, pecado que debo abandonar, una promesa de la que puedo
apropiarme, un concepto nuevo que no sabía antes.
c. Habla con
Dios como si fuera su Padre o amigo. No se limita a hablar con Dios y
decirle lo que siente, usa un diario de expresiones de queja o alabanza por las
cosas que recibe de Dios.
B. Vivamos como hijas de Dios. “Dios usó su poder para darnos todo lo que necesitamos, por medio de Jesucristo.” Vs. 3
a. Conoce las
bendiciones de ser hijas de Dios. Su salvación,
vida nueva, atributos de Dios que el ha transferido a nosotros como ser su amor
que puede ser demostrado en diferentes maneras. Gálatas 5.22, 23. Riquezas, salud,
otros. ¿Sufres por alguna necesidad? Hoy mismo, Pídele a Dios que el provea,
recuerda el es dueño de todo.
b. Sirve a
Dios con todo su ser. Hechos 20.19 y 24. El Apóstol Pablo servía al Señor
“con toda humildad”, y podía decir verdaderamente: “De ninguna cosa hago caso,
ni estimo preciosa mi vida para mí mismo”. ¿Estamos sirviendo al Señor de esa
manera?
c. Ama a sus semejantes.
Mateo 22.37 – 39. Donde vayas, con quien estes, muestra signos de amor al
prójimo. Con gestos de amor, palabras de afirmación, aprecio, usa todo lo que
tienes para mostrar tu amor a los demás.
C. Seamos diligentes en fe, virtud y conocimiento
a. ¿Como ser
diligentes en fe? Andar en obediencia al mandato de Dios. Actuar conforme
Dios te indica, Creer que Dios respalda
cada cosa que tu planifiques, si está en su voluntad. Hebreos 11.1. Orar viendo
como si fuera presente nuestras peticiones, pero dejando a Dios que el haga su
voluntad porque el es soberano.
Ser diligentes en
fe, es trabajar, no quedarse de manos cruzadas. Si somos lideres, levantémonos
en fe, que vamos a ganar convertidos, que vamos a discipular a otras mujeres en
el caminar cristiano. Ponga números hermana a su plan, díganse: “Vamos a ganar
a 10 mujeres para Cristo este año”.
b. ¿Cómo ser
diligentes en virtud?, ¿Qué es la virtud aquí en
este pasaje? Es Excelencia. Seamos diligentes para hacer las cosas con
excelencia. Cuando se nos llame en la iglesia a orar, a enseñar la Biblia, a
evangelizar, vayamos, y hagamos las cosas de manera que se note lo que hemos hecho,
no para nuestra gloria sino para la gloria de Dios. Colosense 3.23. Seamos
diligentes para realizar nuestro altar familia, no será fácil pero los primeros
que debemos discipular son nuestros hijos. Sacrifiquemos nuestra voluntad,
distracción o placer temporal para enfocarnos en lo eterno. Deuteronomio 6.5 -
9
c. ¿Cómo ser
diligentes en conocimiento? ¿De dónde adquiere el
cristiano el conocimiento? De la Biblia, por eso es necesario en cada reunión
que se realiza a nivel de las sociedades femeniles, que se estudie la Biblia. Nunca
debemos reemplazar el estudio de la Biblia por dinámicas grupales, o por
lectura de otros libros o por actividades manuales.
Se pueden usar
esos métodos para captar personas, pero no para llenar el tiempo que se
determina para el estudio de la Biblia. Si usted es la líder y está sola, no
diga “hay porque nadie vino a la reunión”, tome en cuenta que Dios le está
probando hasta dónde llega su fe. Póngase a orar, ayune, lea la Biblia y
aprenda que ser un líder no es fácil, nosotros debemos ser fuertes
espiritualmente, no claudicar a la primera oportunidad que tengamos. Dios
premia nuestra fidelidad a su ministerio y nos ayuda a seguir adelante.
Conclusión: Vivamos como Dios quiere, seamos mujeres diligentes, que lleven el
Reino de Dios a otras mujeres. Vivamos ejerciendo nuestra fe en cada cosa que
realicemos, seamos mujeres diligentes en virtud, realizando cada actividad
dentro y fuera de la iglesia como para el Señor y no para los hombres, seamos
mujeres de oración, y serviciales, prestas para ayudar en el evangelismo y el
discipulado de los niños, jóvenes y mujeres para la honra y la gloria del
Señor.
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