Soy de las que ama ver películas de cuento de hadas, y me gustó mucho ver la Película de la Princesa y el Sapo. Pero también sonrío cuando veo un peluche con forma de sapo, recuerdo las palabras que me dicen amistades buenas por supuesto: "Busca alguien pronto, no te quedes sola, porque los hijos se casan y se van, te vas a quedar sola", me pregunto ¿Por que quieren que me case? ¿Por que tengo que buscar a alguien? ¿no será mejor esperar? Esperar la voluntad de Dios.
Bueno, quizá no me entenderían los que no viven bajo esta premisa, o bajo los paradigmas de la vida cristiana. Conocer la voluntad de Dios, es crucial para todo hijo de Dios. Y en este caso, debemos si o si, conocer la voluntad de Dios en cuanto a la elección de nuestro compañero de vida. Cuando nos casamos en la voluntad de Dios, traemos bienestar a nuestras vidas y la de nuestro cónyuge, gozamos de un matrimonio feliz y duradero.
Esperar en él(Dios), no es fácil para algunas personas, puesto que ansiosamente acceden a hacer compromisos profundos, con personas que no deben. Sin ninguna afinidad, ni en fe, ni en nada que se parezca al otro, asumen tales compromiso para luego arrepentirse gravemente. Una vez escuché a un maestro en el Seminario Bíblico, que nos enseñaba que debemos no solo anhelar sino esperar una persona con afinidades a nosotros, en la profesión, en la fe y las creencias. Esto es clave, porque pueden sobrellevar los problemas de la vida con fe en un mismo Dios y en un mismo sentir, en unidad.
La Biblia dice en 2 Corintios 6:14 "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¡qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" BRV. Aquí nos habla de la unión de un creyente con una persona que no es creyente en Cristo, pero se puede aplicar a personas que no tienen un mismo fin o propósito en la vida, donde no hay la misma afinidad en sus actividades y anhelos.
Por eso, a esas personas que me dicen que me busque alguien pronto, le digo, que no estoy apurada, ni siquiera me preocupo porque no quiero equivocarme, no quiero convivir con alguien que no esta de acuerdo conmigo en fe y confianza en Dios, y en visión de la vida. Dejé pasar oportunidades, que no era en la voluntad de Dios. Y por esto he sido bendecida, en todo momento, porque Dios no me ha dejado, el es el esposo de las viudas, el padre de los huérfanos, y el maestro de nuestros hijos.
Isaías 54:4,5,13,17.son versículos llenos de promesas de Dios para nuestras vidas, las viudas quedamos sola circunstancialmente, pero cuando reconocemos que Dios es nuestro hacedor, que el es nuestro redentor y sustentador, no tenemos otra cosa que creer en él, y dejar en sus manos nuestras vidas, no necesitamos alguien mas para acompañarnos o ayudarnos, sino que el enviara a su debido tiempo un compañero, si no lo hace es porque él así lo quiere. No debemos quedarnos tristes o apesadumbradas y no por ello vamos a dejar de vivir en plenitud.
Sola, nunca voy a a estar, Dios estará conmigo, él, es el maestro de mis hijos y el que vela por mi bienestar, no deja que ninguna arma forjada contra mi se levante. Que lindas promesas tiene el Señor para nosotras las viudas. Aunque tomamos tragos amargos al separarnos de nuestro ser amado, del esposo que Dios nos dio por un tiempo, las promesas de Dios vienen como anillo al dedo. Trayendo esa tranquilidad al alma.
Imagen: De Ery Mar
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