17 noviembre 2023

Busquemos a Dios como Zaqueo

Introducción:

Texto base: Lucas 19:1-9

1- Estar cerca del Maestro venciendo todos los obstáculos

Zaqueo procuraba ver a Jesús, pero tenía una desventaja frente a la gran multitud que lo arropaba y es que era de pequeña estatura, sin embargo, este hombre no se quedó entretenido ni cabizbajo porque no alcanzaba, sino que buscó una solución porque él de verdad anhelaba ver a Jesús.

Ø  ¿Qué cosas nos impiden estar en la presencia de Dios? 1. El celular, 2. El trabajo, los quehaceres domésticos, etc.

Ø  ¿De qué manera nos acercarnos a Dios cada día? Buscando un tiempo a solas con Jesús en oración, leer su Palabra, meditar, procurar memorizar un versículo cada día.

Ø  Cuando no tenemos ese tiempo para hacerlo por fuerza mayor, buscar maneras de estar cerca de Jesús. (Escuchar la Biblia en audio, orar mientras estamos viajando, ….

2- No importa tu posición social y económica, necesitas ver al Maestro

En el versículo 2 del capítulo 19 de Lucas dice que Zaqueo era jefe de los publicanos y rico. Tenía un cargo importante y dinero. Quizás otra persona, por su posición se habría avergonzado de subirse a un árbol para poder ver a alguien. Pero par Zaqueo esto no era motivo de avergonzarse. Él quería ver al Maestro y él haría todo lo que estuviera a su alcance para lograr este encuentro.

Quizás alguno de nosotros tenga posibilidades económicas de tal manera que ya tiene asegurada sus necesidades económicas, pero recordemos que necesitamos a Jesús en todas las áreas de nuestra vida (espiritual, emocional, física) No podemos evadir nuestra responsabilidad de estar con el maestro cada día) es nuestro deber buscar y llevar a él nuestras necesidades.

3- Hay un gozo inefable al estar frente al Maestro

Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.

Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.

¿Ven el gozo con que Zaqueo recibe a su Señor? «Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso». A Zaqueo no le importaba ser rico, publicano ni importante, su mayor gozo en aquel momento era ver al maestro y él lo logró. ¿Cuándo estamos delante del Señor le recibimos con el mismo gozo y urgencia?

4- No importa tu pecado, el Maestro te llama

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. A Jesús no le importó la condición de pecador de Zaqueo para irlo a visitar, pues Cristo no vino al mundo a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento (Lc 5:32).

Y nosotros a veces pensamos que por conocer al Señor o por ser siervos y siervas de Dios, no pecamos, al contrario, cometemos muchos pecados de omisión, porque dejamos a un lado lo mas importante, que es ir al maestro para humillarnos preguntarle ¿Qué quieres que yo haga Señor? ¿Dónde puedo ir hoy a visitar y compartir las buenas nuevas? O ¿A quien podemos ayudar en este día?

5- Sé como Zaqueo ve hacia Jesús con un corazón arrepentido

Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.

Recordemos que este hombre era publicano, los cuales se encargaban de recaudar los tributos o de cobrar impuestos en el pueblo, los mismos abusaban en cierta forma de la multitud y Zaqueo al encontrarse con Jesús reconoce su gran falla y por eso dice: «la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado». Gracias a la visita del Maestro, Zaqueo se arrepintió. A Jesús lo criticaron por haber ido a compartir con un pecador a su casa, pero ¿qué hubiera sido de ese pecador si Jesús no lo hubiese visitado? ¿y nosotros que cosas podemos enmendar desde ahora en adelante? Tal vez poner más énfasis en obedecer al mandato de Dios, de mateo 28:19 “Id y haced discípulos…”

Conclusión: que el Señor nos ayude a buscar a Jesús como Zaqueo, de manera incesante, para estar a sus pies y escuchar su Labra y aprender de él, ser discípula de Cristo llevando su Palabra donde quiera que vayamos, no importa que nos critiquen y nos miren mal, nosotros debemos dar testimonio de lo que Dios hace en nosotros cada día.

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