05 mayo 2014

Dios como Padre

Seguramente la infancia de ustedes fue mucho mas placentera, tranquila, llevadera, en comodidades, lujos, o tal ves fue triste, en dificultades, con padres separados, conviviendo con madrastra o padrastro, vivieron en el campo o la ciudad, tuvieron que trabajar desde niños para ganarse el pan de cada día, no se como fue su infancia pero les voy a contar algo de la mía.

Mi madre, nació y creció en un matrimonio donde lastimosamente el enemigo entro para des-hacerlo dejando como consecuencia violación, dolor, tristeza, malos tratos, celos, maldiciones, que dejaron marcada la vida de tres hijos, entre ellos mi madre. Mi padre un hombre dominado por una madre y hermanas posesivas que concedían sus caprichos, limitando la posibilidad de desarrollar responsabilidad alguna sobre su vida misma, de manera que realizaba sus actos sin asumir ninguna de sus consecuencias.

Nací como fruto de una relación pasajera que trajo como resultado el alumbramiento de mi madre y mi nacimiento en tierras lejanas a sus familiares y conocidos. Tres meses después mi madre me llevo a vivir a la ciudad donde ella tenía mas oportunidades de subsistencia. No tuvimos una casa propia de manera que teníamos que vivir de favor, o de alquiler, o en los hogares donde mi madre trabajaba como trabajadora del hogar para poder obtener el sustento mínimo para sobrevivir. 

En mi etapa de 5 a 6 años recuerdo bien que mi madre nos enviaba a una guardería del gobierno, lugar donde teníamos el cuidado de las niñeras y la alimentación con un costo mínimo para los padres. Pero a mis 6 años de edad ya no podía asistir a la guardería porque solo recibían niños menores de 5 años. De modo que mi madre optaba por pagar a algunas personas para que nos den el almuerzo y la cena hasta que ella pudiera llegar a vernos de nuevo después de 8 largas horas. Recuerdo que siempre me recomendaba a mi el cuidado de mi hermana que era menor de mi con 3 años. Antes de enviarnos a la guardería nos enseñaba por donde teníamos que caminar, por cuales calles pasar y por cuales calles no ir, también me enseñaba como podía hacer si algún hombre nos invitaba a subir en su motocicleta, si acaso nos invitaba a llevarnos a nuestra casa, debíamos decir un rotundo "No". Ella compartía conmigo la importancia de escapar lo mas pronto de esas personas. Pero yo, moría de miedo al solo hecho de imaginar esas escenas. Sin embargo debía continuar y vivir lo que me tocó aún sin saber las razones y el ¿por qué?.

Pero lo mejor sucedió en esta etapa, Mi madre se convirtió al Señor, digo lo mejor porque no hay nada mejor que una madre rendida a Dios y al deseo de aprender mas de El. Así que fue un cambio radical desde que ella hizo el compromiso de continuar y no dejar de lado asistir a la iglesia  y comprometerse con las cosas del Señor. Doy la Gloria a Dios porque desde ese tiempo el carácter de mi madre cambió para bien, y día a día ella quería leer la Biblia, y pudo ser ministrada por Dios mismo a través de su Palabra. Aprendió a no decir mas las malas palabras, a educarnos conforme lo que ella aprendía a través de las enseñanzas de los pastores y maestros. Desde ese momento nunca dejamos de asistir a la iglesia, aun desde niñas mi madre siempre nos llevó y no quiso que dejáramos de ir a menos que estemos enfermas. De ella recibí el ejemplo de un verdadero compromiso con nuestro Dios. Aprendí que nunca debía hacer planes de ir a otro lado en el día del Señor a menos que haya sido un paseo, bautismo con la familia eclesial. Nunca permitió que le pidiéramos permiso para dejar de asistir a un culto para ir a otro lado con motivo de diversión. Desde niña aprendí que lo mas importante en nuestras vidas debía ser Dios y tomarlo a El como primordial en nuestras vidas nos ayudaría siempre a salir adelante y tener victoria en cada lucha espiritual y emocional que tuviéramos.

De ese modo crecí dentro de una familia cristiana donde pude ver el amor de Dios demostrado a través de los creyentes en Cristo Jesús y de los pastores de todos los lugares donde tuvimos que asistir y compartir.
Dios fue fiel y me ayudó aún después de no tener padre y haber nacido en un hogar disfuncional, El proveyó en todo tiempo y nunca nos dejó abandonados, no falto comida en la mesa ni vestido que vestir por la gracia y la misericordia de nuestro Padre Dios. Romanos 8:28 "A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien...". Ahora ya se cual era el propósito de Dios en mi vida, y era que yo aprenda a vivir en esta vida con escasez y aún así estar agradecida por la vida que me dio y porque El podía suplir el rol de padre, hermano y amigo en mi vida.

Parte de mi autobiografía
Autora del blog


No hay comentarios.:

Publicar un comentario