¿Dónde están los que mueren en Cristo?. Hice esta pregunta a un hermano misionero, estudioso de la Biblia, maestro y apreciado amigo Lester Finkenbainer. Esta fue la respuesta que el me dio después que mi esposo pasó a lugar donde están los muertos en Cristo Jesús:
Del
finado, partido marido, amigo, compañero tan querido:
1, No,
no estamos con sabatistas ni Testigos de jehovás en pensar que él duerme, ni
que está inconsciente.
2,
Tampoco está en el cielo propiamente, como en algunos pasajes del Apocalipsis.
3,
Creo que Luc.16:19-31 nos da el cuadro más indicado: está en el seno de
Abraham... Está con Cristo como dijera Pablo en Filipenses 1. Pero en el
cielo, en la Nueva Jerusalén o Santa Sion, aún no, pues para esto faltan...
a, la
resurrección de los justos, b, el tribunal de Cristo, c, las bodas del Cordero,
d, Armagedón y otras cosas, Ap.19-20 Volviendo a Luc.16, tu marido y mi amigo
está con Cristo... o en la figura judía, en el seno de Abraham.
Está
recogido con los patriarcas y demás héroes de la fe.
Allí
está bien, está tranquilo. Se le terminaron los afanes... Es el lado de los
justos en lo que es Seol o Hades, la sala de espera, o su lado de los justos
que esperan la resurrección de los justos.
Hebreos
11 y 12 nos da otro cuadro de la realidad que ahora vive él y la que vives tú y
vivo yo:
Heb.11,
La lista de los héroes de la fe, los que con fe optaron siempre por las
promesas de Dios, pese a las circunstancias, pruebas, desavenencias y demás
pruebas y dificultades.
Pero
Heb.12:1-2, Ahora aquellos héroes, incluso tu marido, han subido a las gradas
del estadio --la gran nube de testigos. Si algo hacen, es que nos observan --a
ti y a mí, y estamos abajo en las pistas que dan vueltas dentro del estadio.
Seguimos corriendo nosotros. Los héroes ya acabaron su carrera, 2 Tim.4:7-8. ¡Marcelino Serrudo con Moisés, Abraham, David, Isaías, Débora y muchos más nos miran, hacen barra,
desean vernos también triunfar y acabar la carrera bien, bien!
Por tanto,
el consejo que desechemos los pecados que nos estorban. Incluso que tiremos
muchas cosas buenas que nos pesan y por pesarnos nos atrasan la carrera. (Es
que los griegos y romanos corrían totalmente desnudos y descalzos para no tener
atraso alguno.)
Y
para evitar que alguno que otro tramposo los tratara de impedir, los corredores
se untaban con aceite de oliva, para que el chapucero no los pudiese agarrar ni
estorbar.
Queda
entonces animarte a seguir adelante, como dice Heb.12:2, con la mirada en
Cristo, Autor y Consumador de la carrera de la fe. Él dio comienzo, Él la
corrió hasta el Calvario y al huerto y al Monte de los Olivos para subir al
Padre. Y Cristo consuma, acabala, completa y da clausura a la carrera cuando
nos llame a saldar cuentas en el Tribunal de Cristo, a los que salen en la
resurrección de los justos.
Ánimo, corramos con paciencia. No dudes, si en alguna otra cosa te puedo yo dar
una respuesta, un consejo, un aliento, me escribes nomás. Y si para algo valgo
como tío o abuelo para los jovencitos, me avisas. Así haré honor a mi amigo y
hermano Marcelino.
un
abrazo, Lester
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