Vivencias en mi paso como líder de mujeres

Desde hace 15 años Dios me guío a recibir la responsabilidad de dirigir un grupo de mujeres, a mis 33 años exactamente, y les digo que no ha sido fácil, pues el ser humano tiende a huir cuando es criticado, acusado o cuando tiene miramientos de diferente índole. Así que no he estado siempre en la cima de mi carrera ministerial. Han habido veces que no he querido estar aquí, pero Dios en su Palabra y a través de otros líderes me animan a seguir la carrera. Si, Dios me llamó y preparó, para servir en esta área, él me fortalece, me da firmeza en el trabajo y en la lucha por lo que anhelamos como líderes. 

Durante este tiempo he estado sobre grupos de ministerio a nivel Distrital en mi denominación, luego en grupos a nivel nacional, y e aprendido mucho sobre los pros y los contras que implica ser líder sea  que lleve una responsabilidad grande o pequeña.

El ser líder implica, compromiso, entrega, y fidelidad a Dios. En las veces que he querido desistir, pienso en él primero, y luego en las mujeres, que confiaron en mi, que dijeron, ella nos va a representar y nos va a guiar en este trabajo. 

Mi oración es que Dios levante a otras mujeres para servirle, y que ellas puedan entregarse por completo a la enseñanza de la Palabra de Dios en pro de la Educación Cristiana, oro por otras que puedan decir "Si" al Señor, sin titubear y que al margen de las dificultades, ellas puedan lograr un buen ejemplo de liderazgo con sus grupos. Y Dios esta respondiendo.

Por la gracia del Señor, ya tenemos varias mujeres que se están levantando, y obedeciendo al llamado del Señor. Me siento agradecida, se que Dios sigue tocando las vidas, y los corazones, y nosotros, estaremos menguando para dejar que otras crezcan en este servicio al Señor. Y sigan el ejemplo de Moisés y su siervo Josué, quien quedó a cargo de guiar al pueblo de Israel hacia la tierra prometida.

Guiar a las mujeres en el área espiritual, y su liderazgo cristiano, es un reto, porque no solo hablamos sino que nuestras acciones gritan mas que nuestras palabras, muchas veces no hacemos lo que decimos y por eso hay mucho retroceso en nuestro ministerio. 

Espero que en su caminar diario, realice cada día esa entrega a Dios que la llamó y se deje guiar por su Espíritu Santo que lo llevara a realizar grandes proezas como lo hizo con otros líderes, solo déjese llevar, y guiar por El.