Es imposible resolver los problemas de los jóvenes no ayudamos a sus familias a crecer y madurar de manera sana. Tampoco se puede hacer nada por la familia, si no apoyamos al matrimonio. La salud de la relación matrimonial transmite salud a la familia, y como consecuencia lógica una familia estable y saludable, produce jóvenes estables, disciplinados y bien adaptados.
Apoyar al matrimonio implica darle la importancia que se merece y prepara a los jóvenes a entrar en el con las mejores posibilidades de éxito enseñándoles a vivir un NOVIAZGO DE ÉXITO.
Quien no tenga éxito en el NOVIAZGO, difícilmente lo tendrá en el matrimonio. Lo que mal se empieza, rara vez termina bien. El NOVIAZGO es de importancia vital e irremplazable porque coloca los fundamentos del hogar. Por esa razón se dice que el noviazgo es más importante que el matrimonio porque de él depende la felicidad o el fracaso de la vida de casados.
El noviazgo es un compromiso definido y formal de un hombre y una mujer (que entienden que sus vidas no tienen razón de ser a menos que la vivan juntos) que han decidido unir sus vidas ante dios y la sociedad para formar una nueva familia en base al amor y al respeto para la realización personal y social. En ninguna manera es ser amantes ni otorga los derechos de esposo o esposa.
El noviazgo es la escuela para la vida de casados. Obtengamos el título de bachiller en amor, antes de pasar la universidad conyugal. Jamás consideremos al noviazgo como una diversión o un pasa tiempo, es determinante para la felicidad del hogar.
Al hablar de noviazgo, queremos hablar de un noviazgo de éxito que divide nuestras penas y multiplica nuestras alegrías.
Para tener un noviazgo de éxito es necesario tener propósitos correctos para buscar un conyugue y hacer una sabia elección.
Ninguna muchacha debe pensar en casarse para escapar del dominio de sus padres o de una situación económica desesperada; ningún joven debe casarse para satisfacer su necesidad sexual o para ver que resulta. Nadie debe casarse por conveniencia mezquina, por vanidad o inseguridad.
El noviazgo debe servir para:
a) Para conocerse mejor: Cada uno debe observar de manera cuidadosa la manera en que su novio (a) reacciona a las diferentes circunstancias de la vida. Esto le podrá dar una idea de la manera en que enfrentará los problemas de la vida de casados. Debe ver cómo trata a sus padres, a sus hermanos, si ayuda en casa, sus principios religiosos y morales. Cómo reacciona cuando no tiene dinero, o cuanta de las cosas no salen como él quería, etc.
b) Realzar el encanto de los novios: por medio del amor y la ternura, por el gusto de agradar al ser amado, por el deseo de ser la pareja adecuada y digna, vamos modificando nuestro carácter, nuestra manera de arreglarnos, vamos aprendiendo detalles y lecciones que nos van haciendo más bellos(as) a los ojos de él o ella.
c) Para planear lo que ha de ser el nuevo hogar: se debe tomar decisiones sobre fecha de la boda, invitados, gastos. Donde se va a vivir, cuantos hijos se piensa tener. Ella seguirá trabajando, ¿estudiando?, etc.
El tiempo del noviazgo no debe ser ni muy corto, ni muy largo. Considero de manera personal que un tiempo mínimo debe ser de seis meses y dos años máximo. Evidentemente hay situaciones que pueden ser aceptadas como lógicas para esperar un mayor tiempo, pero no creo que sea saludable un tiempo menor que el indicado. Es muy triste ver parejas que por muchos años han sido novios y terminan casándose con otras personas en pocos meses.
El noviazgo de éxito es dinámico y puro. Los novios deben echar mano de todo su valor, amor y principios para no caer en las relaciones sexuales prematrimoniales que están de moda en nuestros días pero que de ninguna manera son evidencias de amor. En la mayoría de los casos termina en vergüenza, separación dolorosa, a veces aborto, sentimientos de culpa, matrimonios apresurados, etc. Para evitar esto, se debe cuidar de estar siempre en lugares donde hay otras personas, evitar las caricias intimas y el manoseo. Sobre todo, mantener el respeto mutuo y un temor genuino a Dios y su palabra.
Las principales características de un noviazgo de éxito son:
a) Delicadeza reciproca
b) Respeto amistoso (es el reconocimiento de las virtudes y derechos de los demás y el dique que impide que caigamos en la bajeza de los insultos y los malos tratos).
c) Lealtad y nobleza
d) Pureza, transparencia. Todo aclarado, todo perdonado.
e) Paciencia. La paciencia esta en proporción al amor.
f) Generosidad. El amor DA. No es tacaño. Se ofrece.
g) Sensatez y equilibrio en gastos y atenciones tanto en factor económico como de tiempo.
h) Libertad, aun para romper el compromiso.
i) Mucha comprensión.
El verdadero amor es siempre digno y fuerte. Siempre busca el bien de la persona amada, y es desinteresado.
Nadie ha de buscar una esposa o esposo pensando en su propia felicidad y conveniencia, sin buscando hacer feliz a otro y porque tiene la capacidad de dar de sí mismo.
Fuente: Apuntes del Manual de Educación Cristiana, del Pr. David Nuñez.