18 abril 2014

Dolor incomparable

La Semana Santa, es un tiempo de recordar el amor de Dios hacia nosotros. Ese amor que demostró muriendo por nosotros en la cruenta cruz.

Desde el principio de esta semana estaba delicada de salud, entraba al blog y no tenía aliento para escribir, no tenía aliento de nada, me dolía todo el cuerpo y los huesos, y pienso en lo difícil que fue para Jesús, pasar por esa situación tan dolorosa en todo sentido, no solo el dolor físico, sino el dolor de la traición por su discípulo, el dolor de ver que los que comieron con el, se desaparecieron, otro discípulo lo negó, y se encontró solo, completamente solo. La soledad, la traición, el dolor de las pinchadas por la corona de espinos, el dolor en su espalda por los latigazos que recibió, el dolor en su costado por esa lanza, todo ese conjunto de experiencias dolorosas, nuestro Señor los sufrió por amor a nosotros. Y al final grito "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen". Todo lo que nosotros sufrimos como personas, como cristianos o como líderes, no se compara en lo mas mínimo a lo que sufrió Jesús. Siempre que recibo una crítica, o un mal miramiento, o un desprecio, pienso en esto, que es de gran valor para mi vida como persona, como hija de Dios y como líder. He tenido desacuerdos, diferencias, y acusaciones, pero pienso en este amor, este ejemplo y sigo adelante. Con la frente en alto, pues lo que yo sufro no es nada a lo que mi Dios sufrió por mi.

Por esta razón mi estimado hermano, le animo a pensar en estos días que el sacrificio de nuestro Dios fue muy grande y no podemos minimizar nada, sino mas bien, exaltar a aquel que hizo ese gran sacrificio por nosotros, y mas todavía brindarles su perdón. Yo se que no hay nadie que haya vivido sin ninguna afrenta, que en nuestro paso por la vida hemos recibido alguna ves desprecio, decepciones, miramientos, críticas, y han sido motivo para estar molestos, enojados, con nuestro agresor, pero vea bien, y tome el ejemplo de nuestro gran Maestro Jesús, El perdonó, nosotros también debemos perdonar cualquier ofensa no importa el tamaño o de quien haya venido. No guardemos rencor, dejemos obrar a Dios en nuestras vidas.

11 abril 2014

Viaje a Mapiri, La Paz - Bolivia





Camino a los Yungas de la Paz




Rio Mapiri - Provincia Larecaja, La Paz


Niños jugando en el agua del Rio Mapiri

Mabel y Yo


Grupo de hermanos que viven y trabajan en la zona de la Provincia Larecaja, La Paz - Bolivia


Disfrutando el desayuno

El Pr. Juan Carlos Céspedes y su esposa 

La Coordinadora femenil dirigiendo su Asamblea Distrital Femenil



Calle de Mapiri




Este viaje fue una experiencia única, viajar por las carreteras de Bolivia en la zona de los Yungas pasando la ciudad de la Paz es mas que de película porque uno arriesga todo, los caminos, son angostos, y a veces solo hay una sola vía, los choferes deben siempre tener en cuenta tocar la bocina subiendo en una quebrada. Subir y bajar, por todo ese camino, hasta que llegamos a Caranavi, luego viajamos a Guanay, luego de ahí en otra movilidad hasta Mapiri, y al otro día viajar a un pueblo llamado Achiquiri. Alli en la iglesia se realizó una Asamblea de pastores y hermanos. 

Esta ves viajamos tres personas, el presidente de la I.E.M.B., la Vice coordinadora femenil y yo como representante femenil. Pero esta vez iba para apoyar en los talleres a pastores. También estuve presente en la Asamblea femenil, wou se saben organizar las mujeres y trabajan a pesar de la dificultad de la distancia, se visitan, realizan obras sociales y se juntan para dar sus informes. Apoyan a sus pastores y se entregan en el servicio de la obra en general. 

Felicito a todas estas mujeres que son un ejemplo para nosotros en el trabajo sacrificado para nuestro Dios. Bueno todo esto fue un tiempo especial que nos dio Dios para conocer y compartir con toda la gente de esos lugares. Viajamos por caminos nunca vistos. Pero nos quedaron lindas experiencias.

¡Sé un mentor!

Un buen documento que nos enseña mucho, hay mucho por hacer, y mucho para dar, sigamos el concejo bíblico, las mujeres ancianas ayuden a las jóvenes a desempeñar su rol de la manera que Dios desea. Lea el siguiente documento:
Me sentí feliz de reunirme con una joven, nuevo miembro de la iglesia, para compartir una taza de té. Ella era brillante, talentosa, y su devoción a Cristo era sincera. Pero pronto se hizo evidente que tenía algo en su mente que le era difícil verbalizar.
"Quiero preguntarte algo," dijo ella, sonrojándose. A pesar del ánimo que le daba para que se expresara, le tomó varios intentos poder hacerlo: "Quiero pasar más tiempo contigo. Quiero ir más allá de las reuniones del ministerio de mujeres y ver cómo vives diariamente. ¿Podría hacer tareas cotidianas contigo? ¿Te puedo ayudar con tu jardín o con otras responsabilidades de la casa? Tal vez pueda llevarte o acompañarte a uno de tus eventos ministeriales..."
 ¡Oh, qué oferta tan maravillosa! Y no es porque sea una santa. ¡Simplemente estoy vieja! ¡O por lo menos más vieja! (Vieja—digo, ¿cuál es tu definición de vieja?) Ella sabía que yo había caminado senderos que ella estaba recién comenzando a pisar. Ella necesitaba que yo fuera delante de ella para asegurarle que encontraría a Jesús en su camino, y que Él valía cada centavo, cada lágrima, cada esfuerzo realizado. Ella quería escuchar mis historias—las victorias y los fracasos, y la cercanía de Dios a pesar de todo.
Quiero dirigirme a las mujeres mayores. No importa cuál sea tu edad o etapa de la vida, hay mujeres más jóvenes que tú. Y esa diferencia de edad trae consigo una responsabilidad. Los años que Dios te ha dado son una encomienda sagrada de Su parte. Se buena mayordoma de la experiencia adquirida durante esos años.
Las mujeres jóvenes a nuestro alrededor nos necesitan— ¡nos quieren en sus vidas! Tienen hambre de autenticidad. Quieren ser honestas y abiertas con alguien en quien puedan confiar (Rut 1:16, 1 Juan 1:7). Ellas tienen preguntas qué hacer y cargas qué compartir (Gálatas 6:2; Is. 50:4). Tienen ministerios para desarrollar y dones que utilizar (Ef. 4:12; Ro. 12:6). Necesitan aliento para abrazar los retos de sus labores y escuchar acerca de las recompensas de Dios (2 Crónicas 15:7; Ec. 9:10a).
¿Quién va a decirles si nosotras no lo hacemos? Las reuniones de nuestras mujeres a menudo se centran en la importancia del manejo del hogar. Después de todo, el hogar es la unidad básica de la sociedad, ordenado y sostenido por Él (Sal. 127; Pro ​​24:3-4). ¡Los guisados ​​y las galletas son grandes temas de conversación! Una administración disciplinada del hogar es digna de nuestros esfuerzos.
Pero vamos a llevarlo a un nivel más profundo. Estemos dispuestas a ir más allá de poner una cazuela en las manos de esa nueva madre, de hornear galletas para la próxima reunión del ministerio de mujeres, porque en última instancia, es la fe de la mujer lo que más importa (Proverbios 31:30b). Cada vez que nos reunimos como mujeres, vamos a hacer de Jesús el centro—Su gracia, Su poder, Su cuidado de nosotros. Vayamos a nuestros hogares con Su nombre en nuestros labios y Su Palabra en nuestros corazones.  
Hay toda una generación de mujeres valientes, inteligentes y dedicadas, jóvenes que quieren cambiar el mundo por amor a Cristo. Quieren batallar por comprender la teología, y servir en su comunidad,  e insistirle a Dios  con sus necesidades de oración (claro, de la manera más bíblica posible—Is. 62:6-7; Lucas 18:1-8). Y ellas no quieren hacerlo solas.
No necesitas ser una charlista famosa o una renombrada autora o maestra de la Biblia. Tan solo tienes que conocer a Jesús. ¡Tienes que ser capaz de contar acerca de  "las alabanzas del SEÑOR, y sus hazañas, y las maravillas que Él ha hecho" (Sal. 78:4)!. Si no puedes expresar cómo Él ha trabajado en tu propia vida aun, ¿por qué no leer una biografía cristiana juntas y hablar de las maravillas que Él hizo por ese creyente, pidiéndole que sea poderoso en sus vidas también? ¿De qué forma pudiera Él contestar esa oración?
¿Vas a luchar y servir y orar con estas preciosas criaturas? Pide a Dios que te dirija hacia una mujer más joven con la que puedas entablar una amistad. Deja que te ayude a hacer las galletas y los guisos y compartan acerca de Cristo juntas mientras lo hacen. No dejemos que se convierta en una cosa o en la otra— ¡hagan ambas cosas! Piensa en el gozo que viene al hacer guisos y galletas mientras al mismo tiempo  profundizan juntas en Cristo.
Infundamos esperanza a las mujeres en nuestra esfera de influencia. Me pregunto lo que Él hará a través de ti y en ti; para "que la próxima generación venidera lo supiera, aun los hijos por nacer, y se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su confianza en Dios" (Salmo 78:6 -7a).
¿Cómo está el ministerio con otras mujeres obrando en tu propia vida? ¿Puedes compartir alguna historia? ¿Cuáles son tus necesidades? ¿Tus esperanzas? ¿Tus sueños?
Por Jani Ortlund

09 abril 2014

Transforma las situaciones adversas en grandes desafíos


Muchas veces nosotros mismos nos introducimos en luchas y situaciones que no nos convienen, no hacemos caso a la vos del Espíritu Santo que está en nosotros guiando y dirigiendo nuestras vidas. En estos días estaba en una situación difícil porque había hecho un tipo de contrato hablado con una mujer, que no cumplió su palabra, en lugar de eso pidió y pidió mas prorrogas, como el contrato era hablado decidí obviarlo y pedirle a ella saliera buscara otro lugar para irse dejando libre nuestro espacio para otra persona. Bueno esto me enseño algo interesante, el día que fui para hablar con ella creyendo que ya se iba a salir, me salio con el cuento de que no tenia dinero ni para su taxi, pidió hasta las hora de la tarde para poder desocupar.

Yo pensé que iba a estar acompañada de mi hermana y mi cuñado pero ellos dijeron que no podían acompañarme. En ese momento sentí realmente sola para luchar mi pelea, y me sentí con ganas de llorar porque no tenía fuerzas para luchar sola, y le dije al Señor que le dejaba ese problema en sus manos, que por favor peleara por mi esa batalla. Y me quede tranquila hasta esperar la hora de volver de nuevo, cuando menos pienso recibí una llamada telefónica y eran los vecinos diciendo que la señora había ido a dejar las llaves de la casa y que ya se estaba yendo. En ese momento dije "Gloria a Dios, tu luchaste por mi y haz logrado la victoria sin que yo este ahí presenciando, el episodio duro y triste".


De esa manera digo que nosotros en muchas ocasiones no podemos revertir las situaciones adversas, pero Dios si lo puede, solo debemos "Confiar, declarar y ver a Dios actuar", en su palabra nos muestra que el peleó muchas batallas por su pueblo Israel y por sus hijos y siervos, y debemos confiar que ese Dios poderoso también nos saca de situaciones muy difíciles aunque nosotros no lo podamos creer en ese momento. Alabo y bendigo a mi Dios por haberme hecho conocer estas verdades y por darme esta fe para creer que el puede hacer grandes cosas a mi favor.

Si usted esta en un momento dificil, sea cual sea puede y debe confiar en Dios para que El le ayude a luchar la batalla y obtener victoria en Cristo.

04 abril 2014

No hay excusas para servir a Dios

En mi experiencia como lídereza de una denominación, ejerciendo como pastora, secretaria de actas y estadísticas y Coordinadora Femenil Nacional de la denominación a la que pertenezco. Dentro de su grupo administrativo conformado normalmente por pastores, desde hace pocas gestiones participa la Coordinadora Femenil Nacional de dicha institución, y en mi caso estoy participando desde el año 2011. 

A veces no me sentía cómoda en medio de tantos hombres, son 14 pastores y yo la única mujer, a veces ellos hacen chistes con mi persona como mujer, pero les sigo la corriente, me defiendo, sin faltar el respeto ni enojarme. Se que necesito sabiduría para contrarrestar a varones que todavía llevan secuelas de una cultura machista que no tienen la costumbre de escuchar las impresiones, opiniones, o sugerencias de una mujer dentro de su grupo. Mas yo paso por alto, sabiendo que no fui yo la que me puse ahí por querer, sino fue Dios que me introdujo, para enseñarme a mi primeramente el gran valor que yo tengo como mujer y a ellos la importancia que deben darle al liderazgo femenil.

He aprendido a lidiar con ellos porque represento a un centenar de mujeres que también trabajan con metas y objetivos a cumplir, debo ejercer mi rol de Coordinadora Femenil Nacional, llevando los informe de las actividades femeniles en todo el país. En mi función de secretaria de Actas debo escribir las determinaciones en cada reunión, recibir los informes escrito y oral y compactarlos en un solo documento.

Es un privilegio para mi ser una representante de las mujeres y al mismo tiempo ser secretaria de Actas, de esta manera formar parte de esta directiva nacional. Aprecio a todos los pastores y me conduelo con ellos cuando tienen problemas así como ellos lo hacen conmigo, es un gran equipo al servicio del Señor dirigiendo esta denominación.

Sirvo a Dios con las herramientas que él me dió


Participé de un proyecto con la iglesia Bautista, su coordinadora femenil me nombró parte del grupo de profesionales para ayudar en el área de nutrición, estuvimos haciendo recetas de cocina. Me recuerda que Dios me dio este privilegio de estudiar sobre la nutrición y se que puedo enseñar a otros sobre los beneficios de algunos alimentos que no estamos acostumbrados a utilizar.  

Así es Estimado hermano /amigo, todos nosotros tenemos dones, talentos, habilidades, conocimientos adquiridos en diferentes temas específicos y podemos poner al servicio de Dios todo lo que él no ha dado oportunidad de conocer y aprender. Manos a la obra, ponga su tiempo al servicio de Dios y dígale "Aquí estoy Señor, úsame donde tu desees". Hay mucha gente que espera por usted, muchos necesitan ser enseñados para mejorar en todas las áreas de su vida, y nosotros no debemos desperdiciar las oportunidades. Organice su tiempo, para dar a otros de lo que usted sabe y puede hacer.