29 enero 2014

El Carmen de Iténez, Beni - Bolivia



Es lindo viajar y conocer nuevos lugares, culturas, y de esta manera poder ampliar nuestra manera de pensar con respecto a las otras personas, cuando no conocemos otras maneras de vivir nuestros pensamientos son cerrados y nuestra visión es muy corta en cuanto a lo que podemos  hacer en esta vida. Lógicamente no todo es absoluto. 

Hablando de viajes, estoy agradecida de haber tenido la oportunidad de viajar por el interior de mi país llevando un mensaje específico que es la enseñanza de la Palabra de Dios. Viajes para apoyar en talleres dirigido a mujeres, a lideres que están encargados de congregaciones que Dios tiene en diferentes lugares. Pero también he viajado a lugares donde no había soñado siquiera conocer. Durante estos viajes he conocido a personas amables y hospitalarias que me brindaron su amistad y cariño invitándome a volver a visitarlos. Doy gracias a Dios que merece toda nuestra gratitud por todo ese especial cariño para nosotros.


Canoas a orillas de Río Blanco

Amistades



Hermanas estudiando las enseñanzas d elos talleres
En mi primer viaje a El Carmen fui en avioneta, con el piloto Jhon Kunkle