Me ayuda mucho saber que Dios tiene todo bajo su control, y aunque a veces vemos actitudes negativas en personas que no son ejemplo de vida integra, recordemos que la vida cristiana, no la vivimos por otros, ni por herencia de otros, sino que es cultivada de una forma personal a través de nuestro caminar diario, la lectura y la oración nos ayudan a vivir una vida en integridad, para que allá en el cielo un día podamos recibir galardones y participar de este gran evento donde seremos premiados por nuestro Padre celestial, en el Tribunal de cristo.
La corona incorruptible. De esta corona nos habla 1 Corintios 9:25
donde dice: Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos,
a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero
nosotros, una incorruptible. Esta corona será para los creyentes que, renunciando a sus legítimos derechos,
viven la vida cristiana, dispuestos a sufrir y soportar cualquier contratiempo
con tal de alcanzar la meta de ser semejantes al Señor Jesucristo.
La corona de gozo. Sobre esta corona nos habla 1 Tesalonicenses
2:19-20. La Biblia dice: Porque ¿Cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de
que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor
Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo. Esta corona está reservada para los ganadores de almas. Será para todos
aquellos que presenten delante del Señor, las personas que lograron guiar al
Salvador mediante la predicación del Evangelio.
La corona de justicia. Sobre esto nos habla 2 Timoteo 4:8. La Biblia
dice: Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me
dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino
también a todos los que aman su venida. Esta corona será el premio o la
recompensa para los que aman la venida del Señor. Es para los creyentes que
despreciando lo mucho que este mundo ofrece para que se sientan satisfechos,
anhelan algo mejor, la justicia de Dios, lo cual será una realidad cuando venga
por segunda vez el Señor Jesucristo.
La corona de gloria. De ella nos habla 1 Pedro 5:1-4. La Biblia
dice: Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también
con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también
participante de la gloria que será revelada. Apacentad la grey de Dios
que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;
no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino
siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los
pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Esta
corona será para los creyentes que, siendo ancianos, obispos o pastores, cuidan
con sano propósito la grey de Dios. El Señor Jesucristo, quien es el Príncipe
de los pastores, premiará con la corona de gloria todo esfuerzo de discipulado
y buen cuidado de los que son suyos.
La corona de vida. Hay dos pasajes que nos hablan acerca de esta
corona. Uno es Santiago 1:12 y el otro es Apocalipsis 2:10. Tomemos el primero
para ver lo que dice. Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque
cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios
ha prometido a los que le aman. Esta corona está reservada para todos los
creyentes que soporten de manera digna, las pruebas y tentaciones por causa de
la fe en la persona de nuestro Señor Jesucristo.
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