12 diciembre 2017

Cuando Dios quiere que calles, simplemente no deja que hables


En cierta ocasión tenía que presidir un evento muy importante, pero estaba afónica, tal vez por mi imprudencia, falta de cuidados para evitar enfermedades o porque Dios me quería enseñar algo al dejarme pasar por esta situación durante todo el evento.

Siendo la que directora de todo el evento, debía estar presente para dar anuncios, enseñanzas y recomendaciones, pero no pude hacer eso. Fue triste no poder hablar cuando mas lo necesitaba, pero a través de esta situación aprendí que un líder debe saber delegar funciones, y descansar en esas personas. Confiar que ellos pueden desarrollar las actividades programadas, y no necesariamente tenemos que hacerla nosotros. 

Si usted es una líder, entenderá que los que tienen el don de liderar, son personas auto suficientes, y muchas veces no confían en su equipo, no les es fácil dejar todo en manos de otros, y esperar que las cosas se desarrollen como ellos quieren. Piensan "si quiero que salga bien, debo hacerlo yo", y se disponen a ha hacerlo ellos mismos. 

Este fue un tiempo doloroso, me toco aprender a esperar, completamente afónica y sin ninguna otra opción que la de confiar en Dios y en su Palabra que El estaba en control de todo. Dejé a mi compañera, que ella dirigiera las actividades, mientras yo me quedé sentada viendo desde la banca el desarrollo del Congreso Femenil Nacional de mi denominación.

No saben , como era pasar esta prueba dura, pero con victoria al final, con la sensibilidad para recibir lo que Dios quería enseñarme humildad y a confiar en él, porque él esta en control de todo, El es  omnipresente y nos hace sentir su presencia a cada instante, aun sin poder hablar o comunicarnos con los demás, nuestro tiempo con él no termina, siempre esta ahí para escuchar nuestra voz, que aunque no salga afuera pero el la oye, nos escucha y siempre contesta nuestro ruego. 

Por eso y por mucho mas estoy agradecida, aunque yo creo que no he sacado un 100% en puntaje numeral, he hecho lo mejor que he podido con la ayuda y la guía de Dios. Se que estábamos preparándonos en la planificación y organización para el desarrollo del evento durante todo un año . 

Gracias al apoyo de mi equipo y otras que se unieron a nosotros en ayudarnos a ultimar detalles para que todo el lugar este especialmente preparado para recibir a nuestras hermanas que llegaron de todos los departamentos de Bolivia, por esto doy gracias a Dios por su ayuda, y suplir las necesidades, en todo momento.

Filipenses 4:19 dice: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria, en Cristo Jesús", y el cumplió esa promesa supliendo cada una de nuestras necesidades por medio de hermanas preciosas, que se brindaron para enseñar, para cocinar, para dirigir, para prestarnos herramientas para decorar el ambiente y enseñar a los niños, todas estas mujeres hermosas fueron enviadas por Dios para hacer de este evento un tiempo hermoso de grandes bendiciones para todas las participantes. Las enseñanzas fueron todas entrelazadas por el Señor, dirigirlas hacia el servicio, y el amor a Dios. Por eso y por mucho mas le doy la Gloria al Rey de reyes y Señor de señores.