04 septiembre 2016

¿Qué dirías en público en honor a la despedida del cuerpo de tu esposo?


Nunca antes me había imaginado estar frente a un publico grande, diciendo algo en honor a la despedida del cuerpo de mi esposo, nadie se pone a pensar en eso antes, y aunque hablamos de la muerte de alguno de los dos, y el me decía que se iba a ir primero, yo no había pensado siquiera como iba a reaccionar.  

Pero ese día vinieron a mi mente palabras de aprecio y demostración de amor, por todo lo bueno que recibí de él en vida. Y me puse a escribirlas, para leerlas en esa tarde tan triste pero serena, llena de esperanza y admiración por la vida de un gran líder en su hogar, en su trabajo y en su comunidad, como lo fue Marcelino. Digo llena de esperanza, porque los cristianos sabemos con certeza, que cuando nuestro cuerpo se separe de nuestro espíritu, iremos a reunirnos con nuestro Padre Dios y su Hijo, nuestro Señor Jesucristo a quien servimos en vida. Y sabemos que los familiares que nos han antecedido, si han vivido una vida en obediencia a Dios, también están con el Padre, gozando de su presencia y disfrutando ¡ya! de una vida eterna. 

Es mi deseo con esta lectura, usted se anime a buscar a ese Dios que lo ama con amor verdadero e incondicional, y le acepte como su Señor y Salvador de su vida para que pueda disfrutar junto a todos los que creen en su nombre y son llamados hijos de Dios.

MARCELINO
Un hombre que en vida, fue un siervo de Dios humilde y servicial, hombre amoroso con su esposa e hijos. Hombre inquieto para llevar las enseñanzas de la Palabra de Dios a la vida práctica.

Era un gran ejemplo para todo aquel que lo conoció. Hombre respetado y admirado por propios y extraños. Hombre que quiso siempre hacer lo correcto delante de Dios y de los hombres. Hombre impaciente y tenaz, gran ejemplo en su trabajo, no quiso malgastar su tiempo en cosas vanas.

Como amigo poco expresivo, pero profundo en esperanza de fe y devoción al Señor
Como siervo de Dios, fuiste un sirvo que no necesito reconocimientos, ni credencial para servir a Dios. Que aunque siendo marginado por tus consiervos continuaste firme como un cedro, con la mirada puesta en Dios, mirando el futuro con una visión amplia, cruzaste las barreras de la legalidad y religiosidad, el racismo y la cultura, cumpliste y trabajaste con ahínco en la misión entregada por el mismo Señor.

Como trabajador un hombre que realizó su trabajo con todo esfuerzo con eficacia y eficiencia sabiendo que hay un ser soberano que todo lo ve, y que algún día te ibas a encontrar con tu creador para rendirle cuentas.

Como padre fuiste ejemplar, pusiste todo tu esfuerzo para que tus hijos tengan todo lo mejor y realizaste tu rol lo mejor que pudiste. Como esposo fuiste el árbol que me cobijo durante estos hermosos años que vivimos juntos. Fuiste el padre que no tuve y me diste todo para sentirme una mujer realizada, sé que querías hacer de mí una gran mujer y lo lograste.

Como maestro, fuiste el mejor porque lo que enseñabas, lo demostrabas con tu ejemplo.

Con amor tu esposa


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