09 agosto 2016

¿Se puede comprar la vida eterna?



La vida es algo que no podemos comprar y Dios en su soberanía sabe cuándo nos va a llevar de este mundo. Es por eso que debemos de vivir cada día como si fuera el último, vivir de la mejor manera que podamos, dar lo mejor de nosotros a nuestros seres queridos, amarnos unos a otros como Dios nos ama. 

Hace varios años que mi esposo falleció a causa de un padecimiento en el corazón, sabía que un día le iba a tocar partir de este mundo, porque creemos que hay vida más allá de la muerte y hay dos lugares donde podemos llegar dependiendo de la e
lección que hagamos aquí; El cielo o el infierno. Y cada día vivíamos como si fuera el ultimo, nos molestábamos el uno con el otro por pequeñas cosas, motivadas por la diferencia de carácter, personalidades distintas, modos de interpretar la vida, cosmovisiones diferentes, sin embargo, volvíamos después de cada lucha a pedirnos perdón. Hubo algunas veces que antes de salir de viaje me pedía perdón porque pensaba que tal vez después no habría tiempo ni oportunidad de hacerlo, él quería que yo lo perdonara para irse tranquilo a realizar sus actividades.

Marcelino era Gerente en el área de Testimonio Cristiano en Visión Mundial, debía viajar a supervisar los PDAs. en diferentes lugares. La gente lo apreciaba mucho pues era un hombre que sabía ganarse el corazón de las personas. Amaba a Dios y tenía muchos deseos de ayudarlos a mejorar en su vida en todas las áreas. Vivía pensando y soñando en grandes proyectos para el desarrollo y educación.

En su trabajo era un hombre de empuje, valiente, buscaba la forma y comunicación para mejorar las normas y leyes en beneficio de los que trabajaban como parte de esa organización. En el barrio, era un hombre conocido por su amabilidad su carisma y su sonrisa, casi todos lo conocieron y buscaron sus concejos por su madurez como pastor y hombre de bien.

Ese era mi esposo que ahora está en la presencia del Señor, donde descansa tranquilo sin preocupaciones y afanes de la vida, participando de las alabanzas y adoración al Señor. Conocía al Señor a quien había aceptado y recibido como su salvador personal un día, y decidió vivir por él y para él hasta que Dios lo llamó a su presencia.

Espero esta reflexión le ayuda a buscar a ese Dios que le ama a usted, tanto que dio su vida por usted (Juan 3:16). Acéptelo como su salvador personal, Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, No hay otra manera de ser salvos y de tener la seguridad de que cuando muera irá al cielo con el Señor. 1 Timoteo 2:5 "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"

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