04 abril 2014

No hay excusas para servir a Dios

En mi experiencia como lídereza de una denominación, ejerciendo como pastora, secretaria de actas y estadísticas y Coordinadora Femenil Nacional de la denominación a la que pertenezco. Dentro de su grupo administrativo conformado normalmente por pastores, desde hace pocas gestiones participa la Coordinadora Femenil Nacional de dicha institución, y en mi caso estoy participando desde el año 2011. 

A veces no me sentía cómoda en medio de tantos hombres, son 14 pastores y yo la única mujer, a veces ellos hacen chistes con mi persona como mujer, pero les sigo la corriente, me defiendo, sin faltar el respeto ni enojarme. Se que necesito sabiduría para contrarrestar a varones que todavía llevan secuelas de una cultura machista que no tienen la costumbre de escuchar las impresiones, opiniones, o sugerencias de una mujer dentro de su grupo. Mas yo paso por alto, sabiendo que no fui yo la que me puse ahí por querer, sino fue Dios que me introdujo, para enseñarme a mi primeramente el gran valor que yo tengo como mujer y a ellos la importancia que deben darle al liderazgo femenil.

He aprendido a lidiar con ellos porque represento a un centenar de mujeres que también trabajan con metas y objetivos a cumplir, debo ejercer mi rol de Coordinadora Femenil Nacional, llevando los informe de las actividades femeniles en todo el país. En mi función de secretaria de Actas debo escribir las determinaciones en cada reunión, recibir los informes escrito y oral y compactarlos en un solo documento.

Es un privilegio para mi ser una representante de las mujeres y al mismo tiempo ser secretaria de Actas, de esta manera formar parte de esta directiva nacional. Aprecio a todos los pastores y me conduelo con ellos cuando tienen problemas así como ellos lo hacen conmigo, es un gran equipo al servicio del Señor dirigiendo esta denominación.

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