28 marzo 2014

Libérate de la esclavitud de la lujuria

Dios diseñó un contexto para disfrutar del sexo. Este contexto es el matrimonio entre un hombre y una mujer. La cultura contemporánea en todo el mundo ha descartado estos significados del sexo. ¿Deberían los cristianos ver esto como irrelevante o esto nos muestra que hemos olvidado principios importantes?

Razones Prácticas

Desde un punto práctico encontramos muchas ventajas al seguir los consejos bíblicos sobre el sexo. La primera ventaja es que nos protegemos de enfermedades trasmitidas sexualmente. Esto significa mucho en varios países en donde el SIDA es la principal causa de mortandad y afectación en la economía. Otra ventaja es que nos protege de un embarazo no deseado fuera del matrimonio.

Esperar las relaciones sexuales hasta el matrimonio, protege de la dolorosa comparación entre las diversas parejas con las que se ha tenido relaciones sexuales. Esto incluye algunas situaciones en donde solo una persona de la pareja está realmente enamorado/a y la otra persona solo está interesado/a en tener un orgasmo.

Evita volverse adictos a los deseos sexuales. Alguna vez alguien menciono que nuestros deseos sexuales tienen la potencia de un motor de Ferrari y los frenos de una bicicleta. Si decidimos alimentar y dar placer a nuestros deseos sexuales, será cada vez más difícil permanecer fiel en nuestro matrimonio, añadiendo toda la agonía emocional que nos da la infidelidad. Las estadísticas sobre el divorcio reflejan las consecuencias de nuestros valores sexuales.

Razones Ideológicas

Las razones prácticas por si solas no son suficientemente convincentes para entender mejor los consejos bíblicos sobre el sexo. Así que, también hay razones teóricas fundamentales para situar las relaciones sexuales únicamente dentro del matrimonio. Dios no creo el sexo solo para tener orgasmos, sino para darnos una expresión más de amor e intimidad sexual.

Tener relaciones sexuales con una persona es algo totalmente profundo y hermoso pero puede ser totalmente devastador si se confunde el verdadero concepto de este acto. Hay una historia sobre un hombre que demando en una corte legal a los fabricantes de una podadora. Este hombre se lastimo una mano por intentar cortar un arbusto y su argumento para su demanda era que en las instrucciones no decía nada acerca de usar esta podadora con un arbusto. El sexo, de manera similar, puede lastimar mucho sino se usa de acuerdo a las instrucciones del fabricante.

Para entender la perspectiva de la Biblia sobre el sexo, debemos entender la diferencia entre el amor y la lujuria. El amor honra, valora y busca lo mejor para la otra persona; es desinteresado, sacrificado, comprometido. Por otro lado, la lujuria usa las situaciones o personas para que se moldeen de acuerdo a las necesidades de una persona solamente; es egoísta, se encierra en si misma y no acepta el compromiso.

El amor y la lujuria son totalmente opuestos. Se repelen constantemente. Lo que debemos preguntarnos es si nuestras relaciones sexuales son expresiones de amor o lujuria: "yo quiero respetarte y valorarte entregándome completamente a ti" o "yo quiero usarte para satisfacer mis necesidades, especialmente para tener orgasmos". Si Dios creo el sexo como expresión de amor, entonces la lujuria es una mentira que lastima y destruye.

La función del matrimonio

El matrimonio es un misterio, la unión de dos personas para convertirse en una sola. El matrimonio no garantiza o impone el amor. Pero si se toma en serio como un compromiso incondicional de fidelidad y credibilidad por el resto de nuestras vidas, entenderemos la diferencia entre el amor y la fidelidad. Así como la prueba para reconocer ácidos a través del tornasol, el matrimonio es la prueba para saber si hay un compromiso verdadero. Pero, ¿Cómo sabemos que realmente amamos a alguien para tener relaciones sexuales con esa persona? El matrimonio nos da la pauta para saber si realmente queremos comprometernos con esta persona por el resto de nuestras vidas.

El matrimonio es como una red de seguridad. Todos somos frágiles e imperfectos. ¿Cómo es que podemos estar seguro del amor de nuestra pareja con nuestros fracasos e inseguridades? La respuesta es una vez más: compromiso. Si no hay compromiso de por medio, entonces el amor no es legítimo y las relaciones sexuales nos dan solamente un orgasmo en el que técnicamente no son necesarias dos personas.

Fuente: Internet

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