24 febrero 2014

¿Tiene mi hijo una cosmovisión bíblica?

Mi hijo Joel Andres

Cosmovisión: Encarta “la manera de ver e interpretar el mundo. Nuestra cosmovisión es el esquema conceptual que organiza todo lo que creemos y a través del cual interpretamos y juzgamos la realidad.

Tener un hijo es la experiencia más emocionante de la vida. Criarlo y formarlo constituye un acto de amor que tiene sus demandas pero a la vez grandes satisfacciones.

El período de espera durante la gestación es el tiempo de la ilusión, de los planes, de la expectativa. Sabemos que él o ella están dentro de nosotras. Primero los malestares y luego las pataditas nos lo recuerdan a cada instante. La familia entra vive una conmoción. El nuevo bebé anuncia su llegada y es imprescindible preparar todo para su arribo. La habitación, la cuna, los pañales, la ropita para esa personita que pronto reclamará un lugar en este mundo. Lo vemos nacer y las palabras no son suficientes para expresar todos los sentimientos que genera en nosotras, el instinto maternal aflora y lo primero que hacemos es proteger y suplir. Empieza entonces esa estrecha relación de dependencia que los acompañará en cada período de su existencia hasta que sean capaces de enfrentar el mundo por si mismos.

Cada una de nosotros vive intensamente las diversas etapas  en las vidas de nuestros hijos, sabemos que son como flechas que tarde o temprano hemos de lanzar al mundo. Y nuestra misión consiste en equiparlos para que puedan construir un futuro de provecho. Si bien es cierto que como adultas podemos estar seguras de que nuestra manera personal de interpretar el mundo responde a una cosmovisión cristiana, la pregunta trascendental que como madres nos hacemos es si hemos logrado que nuestros hijos la tengan. ¿Los estamos soltando a la vida con convicciones profundas? ¿Sabemos que cosas son las que están influenciando su mente y su manera de pensar? ¿Revelan ellos ya una forma personal de ver e interpretar el mundo? ¿Cómo podemos estar seguras de que tienen realmente una cosmovisión cristiana? He aquí algunos principios que nos ayudarán en la tarea de forjar y cimentar sus convicciones:

  1. Considerar a cada hijo en su individualidad y que Dios tienen un plan para su vida.
  2. Orar y bendecir a cada uno de ellos.
  3. Darse tiempo para enseñarles periódicamente la palabra de Dios
  4. Dialogar sobre todo tipo de temas.
  5. Vivir y encarnar la palabra de Dios en nuestras propias vidas.
  6. Enfrentar los problemas familiares con una cosmovisión cristiana
  7. No encerrarlos en una caja de cristal
  8. No pasar por alto sus errores sino corregirlos a tiempo, llevándoles a la reflexión de sus actos.
  9. Transmitirles la alegría, el gozo, el optimismo, la fe, y las bendiciones de e vivir
  10. Guiarlos en su proceso de maduración, ayudándoles a desarrollar su capacidad critica.
  11. Sembrar en sus corazones compasión por el mundo perdido.
  12. Conversar a cerca de las ventajas y desventajas de ser hijos de pastores.

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