27 febrero 2014

HACIA LA TRANSFORMACIÓN DE TU VIDA

El lenguaje de la transformación humana es de uso popular, especialmente por los políticos de turno,  usado con mucha frecuencia por los religiosos y líderes que trabajan con la iglesia. La idea de este documento es hacer un acercamiento al significado de la transformación humana en la perspectiva bíblica, haciendo a la vez la diferencia sustancial de la salvación del alma en el plano de la dimensión espiritual. Entonces este es un intento de reflexión teológica.

La llamada salvación del alma en la dimensión espiritual, debe llevar como consecuencia la transformación humana, entendiéndose ésta como un proceso y estado de pleno de cambios del ser humano tanto en su dimensión humana como espiritual.
Se llama transformación al desarrollo del ser humano que brinda oportunidad y accesibilidad a la calidad de educación en todos los aspectos de la vida, llámese proveer seguridad alimentaría dentro de las estándares de la salud hasta incrementar el ingresos que genere cierta rentabilidad. La meta de este enfoque es proveer bienestar y realización humana, pero este enfoque es incompleto y parcial, porque olvida o considera que no es necesario la parte espiritual; sin embargo está demostrado reiteradas veces que menospreciar o tomar por poco la dimensión espiritual es un desarrollo de enfoque humanista y de hecho incompleta, y lógicamente no producirá la transformación humana, sino un desarrollísmo sin alma.
Cuando una persona se convierte a Cristo y a todo el evangelio del Reino de Dios, ésta es una puerta abierta hacia un proceso de transformación humana completa e integral, si esto es acompañado y/o completado con una educación y desarrollo humano holístico y desde la perspectiva bíblica.
La transformación humana desde la perspectiva bíblica, no es una mera pertenencia religiosa, ni es una afiliación denominacional evangélica, que lleva a llamarse un mero cristiano dando señales de una vida de doble moral y egocéntrica. La transformación humana tiene demandas y exigencias absolutas, la cual inicia con una crucifixión del viejo “Yo”, eso quiere decir abandonar todo egoísmo, toda práctica o hábitos cultural que no honra al Dios verdadero ni edifican a sí mismo ni a su prójimo ni a su entorno en donde vive.

La persona que experimenta la salvación  del alma en su dimensión espiritual durante su fase inicial puede decir y narrar una experiencia única y maravillosa e incluso puede estar acompañado de cambios físicos-sociológicos.

Fuente: Doc. Lic. Marcelino Serrudo Martínez

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